Tras buscar y comparar entre varios relojes me decidí por el Beuchat Mundial.
Porque el Beuchat Mundial? Por varios motivos:
– Es un reloj con modalidad de apnea, no tiene funciones de buceo, no lo necesito.
– Números grandes, fáciles de ver y de interpretar
– Botones grandes para presionar aunque se lleven guantes
– Mantenimiento a cargo del usuario, no hay que depender de nadie para cambiar la pila, fácil, rápido y barato
– Correa larga, muy importante para poderlo poner sobre el traje y tenerlo a la vista
– Un protector del display permanente, muy interesante para los que lo usan en el día a día, una capa de vinilo transparente protege la zona del display. Se puede remplazar en caso de deterioro.
Aparte, tiene todas estas ventajas y funcionalidades:
– Modalidad cronómetro
– Visualizador digital de la velocidad de ascenso
– Hora, minutos y segundos, día y fecha
Cuando tenemos el reloj en modo apnea, durante la inmersión, se puede visualizar la siguiente información:
– Profundidad actual
– Tiempo de inmersión
En superficie tendremos la siguiente información:
– Profundidad conseguida en la última inmersión
– Tiempo de la última inmersión
– Tiempo transcurrido en superficie
Histórico:
– Número de inmersiones
– Tiempo total de las inmersiones
– Históricos personales:
– La profundidad máxima alcanzada y el tiempo de cada inmersión
– Tiempo máximo y la profundidad máxima alcanzada en cada inmersión específica
Para cada inmersión (fecha, hora, duración, profundidad máxima, intervalo de superficie) con una capacidad de 99 sesiones
Sesiones Promedio de buceo registradas (profundidad máxima promedio de tiempo y número medio de descensos por día, el tiempo pasado en superficie)
Alarmas configurables
– El tiempo máximo en inmersión
– Tiempo mínimo de recuperación en superficie
– Alarma de profundidad de descenso, con la posibilidad de configurar hasta tres de profundidad
– Alarma de profundidad repetitivo para monitorear la progresión
Por un precio muy interesante se dispone de un ordenador pensado para el apneista y pescador submarino.
Foto de David Bueno