Las desgracias marítimas han dejado sumidas en la tristeza a Galicia y Asturias. Los accidentes del pesquero “Santa Ana”, el pasado 10 de marzo en el Cabo Peñas, y del “Mar de Marín”, la madrugada del martes en la ría de Vigo, dejan cifras dolorosas: siete fallecidos y un desaparecido en el litoral asturiano y tres muertos y dos desaparecidos en aguas gallegas. El choque del arrastrero gallego con el buque transportador “Baltic Breeze” repite en muchos puntos el trágico episodio de la embarcación asturiana: un golpe irreversible, hundimientos rápidos con escasas posibilidades por parte de las tripulaciones, ayudas que llegan cuando se ha consumado la fatalidad, condiciones meteorológicas que complican el rescate de los cuerpos, la ubicación a notable profundidad de los restos de las embarcaciones hundidas y reflotamientos más que complicados.
En el caso del “Santa Ana”, la inestabilidad de la embarcación, al encontrarse hundida en posición vertical, hizo muy complicadas las labores de búsqueda, tanto que después de más de tres semanas el cuerpo de Manuel María Tajes sigue todavía sin aparecer. Además de los 25 metros de profundidad que separan el barco de la superficie, las fuertes corrientes de la zona del Cabo Peñas empeoraron la situación. En el accidente de Galicia la mayor profundidad hace las labores de rescate más complicadas todavía. El “Mar de Marín” se encuentra a 57 metros bajo el nivel del mar. En España el límite para bajar con aire está en los 60 metros. Por eso si los submarinistas no usan bombonas con mezclas -variando los porcentajes de oxígeno y otros elementos- las inmersiones de los buzos en la ría de Vigo “serán mínimas”, explica Miguel Lemat, jefe de equipo de la empresa UTM Marine de Vigo, especializada en inspecciones de buques y trabajos submarinos.
Ñaco Aguirre, instructor profesional de buceo en Asturias, comparte esta visión. “La ley en España dice que no se pueden realizar inmersiones con botella por debajo de los 50 metros. Tiene que ser con suministro de aire desde la superficie, a través de un umbilical. Esta técnica se puede hacer hasta 60 metros”, señala. Por eso, aunque permitida, Aguirre no recomienda esta técnica. En el “Mar de Marín” se debería utilizar, según su opinión, “un Lars con campana húmeda o cerrada, una especie de ascensor para bajar a los buzos hasta los 55 metros y que facilita mucho su trabajo y las labores de descompresión”. Otra complicación que preocupa mucho al instructor: “Tienen que medir mucho los tiempos a tanta profundidad para evitar la enfermedad de los buceadores. Esto requiere que el personal sea más numeroso. Además, para evitar la conocida como “borrachera del buzo” deberían utilizar mezclas de gases, cambiando el nitrógeno por el helio”, señala Aguirre.
Ambos expertos coinciden en que la situación en Galicia es mejor que la del “Santa Ana” por dos motivos: las corrientes en la ría de Vigo, que son menores que en el Cabo Peñas, y la posición de los restos hundidos. “Lo más probable es que el “Mar de Marín” esté fijado en el fondo marino. Esto permitirá a los buzos entrar por los accesos del barco, sin tener que repetir el error del boquete que se realizó en el “Santa Ana””, señala Miguel Lemat. “La proximidad a las islas Cíes hace que éstas actúen como barrera protectora contra las olas. Además, la localización de los cuerpos será más sencilla. Al encontrarse en la ría, los cuerpos no saldrán de ella. En el caso del “Santa Ana”, aunque se observaron las corrientes, al estar en mar abierto, pueden localizarse restos humanos muy lejos del lugar del suceso”, asegura Aguirre.
Evitar la hipotermia es otro de los aspectos principales que tendrán que tener en cuenta los buceadores en Galicia. “En el “Santa Ana” se utilizaron trajes húmedos, los de neopreno. En Galicia tienen que utilizar trajes secos. Esto evita cualquier contacto con el agua y reduce casi por completo las posibilidades de hipotermia”, explica Aguirre. Los profesionales han recibido con mucho entusiasmo que se utilice la técnica ROV, un vehículo conducido por control remoto que ayer ya grabó imágenes de los restos del “Mar de Marín” y permitirá saber cómo está la situación y que los buzos trabajen incluso sin luz. “Esto se debería haber hecho en el “Santa Ana”. Antes de realizar una inmersión hay que saber todo lo que va a aparecer allí abajo”, señala el profesional asturiano.
En cuanto al reflotamiento de ambos pesqueros, los dos buceadores profesionales coinciden: será muy complicado. “Yo creo que o no se van a reflotar o se tardará mucho en hacerlo. En el “Santa Ana” ya no quedan cuerpos atrapados y, por tanto, dejarán que se desintegren los restos materiales. Y en el caso del “Mar de Marín”, porque es una zona de mucho tránsito comercial y además de los costes de reflotamiento habría que sumar los cortes de estas líneas. Algo casi impensable”, señala Lemat.
Las claves de los dos naufragios
“Santa Ana”
– Fecha: 10 de marzo de 2014.
– Lugar: Cabo Peñas.
– Tripulación: nueve. Un superviviente, siete fallecidos y un desaparecido.
– Profundidad: 25 metros.
– Situación marítima: complicada, al tratarse de mar abierto.
– Posición del barco: vertical inestable.
– Herramientas de trabajo: bombonas de aire y trajes de neopreno.
– Modo de búsqueda de restos: inmersión.
– Localización de cuerpos: se realizó un boquete en el barco para poder acceder a los distintos habitáculos de la embarcación. Al ser mar abierto, la búsqueda es más complicada, porque los cuerpos pueden ser arrastrados a zonas alejadas.
– Zona de actuación: aunque necesaria, no es obligatoria la señalización, al tratarse de una zona poco habitual de paso de rutas comerciales.
“Mar de Marín”
– Fecha: 1 de abril de 2014.
– Lugar: Ría de Vigo.
– Tripulación: Diez. Cinco supervivientes, tres fallecidos y dos desaparecidos.
– Profundidad: 57 metros.
– Situación marítima: complicada, debido a las lluvias, pero más estable en cuanto a las corrientes, al tratarse de una ría y tener cerca las islas Cíes, que actúan como si fueran una barrera.
– Posición del barco: estable en el fondo marino.
– Herramientas de trabajo y modo de búsqueda: ROV, campana húmeda, mezcla de aire y helio por umbilical.
– Localización de cuerpos: la estabilidad y el cercado de la ría facilitarán las labores de búsqueda.
– Zona de actuación: las labores de búsqueda tendrán que ser más ágiles, al tratarse de una zona de paso frecuente de líneas comerciales.
fuente lne
http://www.lne.es/sucesos/2014/04/03/mar-marin-peligro-profundo/1565891.html