La mayoría no son venenosas, pero en el Mediterráneo vive la “Montellina” (Gymnura altavela)de la familia de los “Gymnuridos” (una de las 5 familias venenosas) pero es poco común.
Las lesiones por Raya tienen dos componentes:
– Traumático: que consiste en la propia herida causada por la espina, que puede ser punzante o lacerante.
– Químico: producido por la toxina liberada en la herida.
La herida producida puede ser desde una laceración superficial dolorosa con inflamación por la acción del veneno sin retener la espina o con retención de ésta provocando un proceso inflamatorio con linfangitis (infección de los vasos linfáticos), necrosis del área periférica y compromiso de los tejidos circundantes.
Los síntomas más frecuentes son:
– Dolor intenso que alcanza su pico máximo a los 30-60 minutos pudiendo persistir hasta 2 días.
– Eritema (enrojecimiento de la piel) y edema (inflamación)
– Necrosis (muerte del tejido) en el 76% de los afectados
– Manifestaciones sistémicas en el 66% de los afectados. Consiste en ansiedad, sudoración excesiva, nauseas, vómitos, diarreas, calambres musculares, alteración de la respiración, hipotensión.
– En casos graves síncope y shock cardiogénico. Convulsiones.
Los cuidados inmediatos son de gran importancia:
– Lavar la zona afectada con agua limpia y fría si existe sangrado (el agua fría actúa como vasoconstrictor, los que disminuirá el sangrado y la absorción de la toxina)
– Retirar la espina y otros restos si está superficial y siempre que no esté en el abdomen o el tórax
– Aplicar calor sobre la herida sin llegar a quemar unos 20 minutos, ya que el veneno de las rayas es termolábil y se desnaturaliza y desactiva con el calor (no está probada su eficacia aunque lo recomiendan)
– Trasladar al herido a un centro sanitario.
Es importante conocer si se está vacunado del tétanos.
Patricia