España ya se ha comido todo el pescado que va a capturar en 2014 y a partir de hoy está en dependencia pesquera del exterior. Esto no quiere decir que todo el pescado que se consuma a partir de ahora provenga del exterior, sino que a 11 de junio de 2014 se ha consumido todo el pescado que podrá pescar durante este año, según un informe de la New Economics Foundation que pretende mostrar los problemas de la gestión pesquera en Europa.
El estudio cruza datos de Eurostat, FAO y la Comisión Europea para analizar cuál será el volumen de pesca anual y cuánto pescado se consume en cada país de la Zona Euro. En el caso de España en 2009 (último año del que se tienen datos) el consumo era de 42,9 kg de pescado por habitante, casi el doble de los 23 kg de media europea y sólo superado por los 61,1 kg de Portugal.
Aunque España ha ido mejorando su dependencia pesquera en los últimos 20 años sigue siendo un país muy dependiente y el 56% de su consumo proviene de fuera de Europa. Factores ecológicos, económicos o comerciales influyen de manera directa en esta dependencia pesquera. Como señala Aniol Esteban, responsable de Economía Ambiental de la New Economics Foundation un país sin costa, como Austria, es mucho más dependiente, “aunque es llamativo que países como España, Portugal o Francia no lleguen a mitad de año”.
Los estados de las poblaciones de peces y la sobrepesca son dos de los principales problemas que afectan a la dependencia pesquera. La New Economics Foundation analizó 43 poblaciones sobreexplotadas en el Atlántico Noreste y llegó a la conclusión de que esta situación de sobrepesca supuso una pérdida de 3,5 millones de toneladas de pescado en 2010, equivalente 3.200 millones de euros. Si estas poblaciones no estuvieran sobre explotadas, España ganaría 50 días de suficiencia pesquera. Esteban explica que “durante los últimos 30 años los stocks de peces en Europa se han reducido” con la consecuencia del aumento de la dependencia del pescado no europeo. “Para llenar el vacío se ha ido a pescar mas lejos, mas hondo, y se ha importado mas”, afirma el investigador.
Esteban especifica que las especies que más se consumen del exterior son varias especies de atunes, merluza proveniente del atlántico sur y salmón procedente de la acuicultura. La falta de información sobre el origen del pescado hace que haya una gran cantidad de pescado que se consume del exterior sin que el consumidor lo sepa. “Se crea una falsa sensación: si siempre hay merluza en la pescadería, aunque venga de fuera, el consumidor no tiene la sensación de que la merluza del mediterráneo esta en peligro” afirma la responsable de pesca de Oceana Europa, María José Cornax.
Para Cornax la culpa no es del consumidor que “no puede saber qué se cultiva en acuicultura, cuál es el origen del pescado o si se ha capturado de forma artesanal”. Defiende una mayor implicación de los gobiernos, promover los mercados locales de pescado y un etiquetado del pescado estándar para toda Europa.
La sobrepesca ha provocado que se capturen más peces pequeños, los conocidos pezqueñines, un problema que se da especialmente en el mediterráneo. “Cuánto más se pesca, más desaparecen las tallas pequeñas y pasan a quedar sólo los más pequeños que además vuelven a ser pescados antes de que lleguen a alcanzar mayores tallas por lo que se crea un círculo vicioso. ”, explica Cornax. Para solucionarlo propone cierres parciales de las pesquerías, aumentar la selección en las capturas y la talla mínima permitida.
fuente efeverde
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