La Guardia Civil ha intervenido dos toneladas de pescado en el embalse de Mequinenza en un operativo contra la pesca furtivaen el Mar de Aragón. El material incautado, que también incluía varios elementos de pesca prohibidos, se iba a exportar aRumanía para el consumo humano. Contra las tres personas implicadas en estos hechos, todas ellas de nacionalidad rumana, se han formulado varias denuncias por evadir la Ley de Pesca de Aragón.
Entre las infracciones más destacadas sobresale la de realizar pesca masiva, la utilización de artes y medios prohibidos, así como no restituir inmediatamente las piezas capturadas. Todas ellas están calificadas dentro de la normativa vigente como infracciones graves y estos pescadores podrían enfrentarse a varias multas que oscilarían entre los 300 y los 3.000 euros. Por otro lado, los agentes también formularon varias sanciones por el transporte del pescado en vehículos no autorizados, así como por haberse saltado la cadena de frío, imprescindible para el traslado de alimentos para consumir. Las sanciones ya se encuentran en los departamentos de Medio Ambiente y Sanidad del Gobierno de Aragón para iniciar su procedimiento administrativo.
Los hechos señalados se remontan a la tarde del pasado sábado cuando una patrulla se encontraba realizando labores de prevención de pesca furtiva en la zona conocida como el paraje de ‘La Portillada’, situado en el término municipal de Sástago. En ese momento, se percataron de la presencia de tres pescadores que huían apresuradamente del lugar al avistar presencia policial. Inmediatamente, los agentes interceptaron el vehículo. Tras una entrevista previa llena de nerviosismo por parte de los ocupantes, se solicitó la apertura del portón trasero de la furgoneta para su inspección. En su interior, la Benemérita halló diversos artes y medios de pescas ilegales, anclas y una gran cantidad de pescado. Se procedió al traslado hasta el cuartel de Caspe. Allí el Seprona procedió al pesaje de todo el material, que consistía en 200 carpas, especie que se rige por la modalidad de captura y suelta, 45 lucio percas, un siluros y unos 1.500 metros de red de trasmallo, totalmente prohibida. Toda la mercancía incautada ya se ha puesto a disposición del ejecutivo autonómico para la destrucción total de las piezas interceptadas.
Soluciones
«Más de lo mismo». Así califican muchos representantes de las asociaciones deportivas de pesca del Bajo Aragón – Caspe, hechos como el sucedido el sábado. La no regularización del embalse de Mequinenza, matizan que se convierte en foco de atracción para centenares de pescadores furtivos. «Este lugar es una zona sin ley. Pescan cómo y cuando quieren y si se les pilla les imponen multas, que luego no pagan», aseguran. En la misma línea, se expresan representantes de la Guardia Civil que añade que si los mismos hechos se hubieran registrado en el embalse de Ribarroja, acotado, se les hubiera podido acusar de furtivismo y con ello imponerles un delito de carácter ecológico.
Por este motivo, todos los agentes implicados insisten en la premura de llevar a cabo el Coto Deportivo de Pesca que, de momento, permanece paralizado. Desde la Dirección General del Medio Natural han anunciado un receso que no ha sentado nada bien entre el sector de la pesca deportiva, aunque han matizado que el proyecto continúa vigente. El motivo principal de este retraso es realizar modificaciones a la Ley de Pesca de Aragón, ya que existen incompatibilidades con el proyecto. Sin embargo, a menos de un año de las elecciones municipales y autonómicas todo apunta a que la acotación quedará relegada para la siguiente legislatura. Temor que ya se ha extendido en todas las entidades de pescadores. «De momento, ya nos han comunicado que no vamos a tener coto», se lamentaba Almudena Acero, de la Sociedad Deportiva de Chiprana, durante el campeonato de siluro celebrado el pasado fin de semana.
El embalse de Mequinenza es una de las zonas de Aragón donde se registran un mayor número de infracciones de carácter medioambiental. Durante el 2013 se interpusieron un total de 312 denuncias. En la mayoría de los casos fueron interpuestas por utilizar más cañas de pesca de las permitidas, ya que la normativa establece un máximo de dos, así como por pescar con cebo vivo con anguilas y alburnos cuando sólo se permite hacerlo con sardina. Además de las relacionadas con el uso de embarcaciones ilegales, la realización de fuego en zonas no autorizadas, la pesca de especies catalogadas o acampadas ilegales.