La organización conservacionista Oceana ha propuesto al patronato del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de Cabrera mejoras en la vigilancia del archipiélago protegido como la utilización de cámaras de visión nocturna y drones, así como extender los usos del radar de control de la inmigración irregular.
En sus comentarios al Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del parque que está en tramitación, Oceana plantea mejoras en la vigilancia que considera que permitirían afrontar la ampliación de la zona marina protegida, tal como reclama la organización.
El director de Oceana en Europa, Xavier Pastor, ha explicado a Efe que han propuesto varias medidas que “son alternativas a la vigilancia tradicional con lanchas que patrullan la zona” y que no requieren una inversión elevada.
Oceana recomienda el uso de drones, “que ya se utilizan por ejemplo en Doñana para vigilar a los furtivos en la parte terrestre del parque”, ha explicado Pastor y que la organización ha utilizado también con efectividad para vigilar la parte marina protegida en un proyecto que se desarrolla en Belice.
Otras opciones serían vigilar la situación de los barcos de pesca mediante la señal de satélite que es preceptiva a partir de determinadas esloras y que permite su control desde cualquier ordenador y “recurrir al radar de detección de pateras, mediante un acuerdo de cooperación con el Gobierno, para detectar barcos en zonas protegidas”, añade Pastor.
La entidad también propone ampliar el actual acuerdo existente con la Guardia Civil del Mar, “que funciona bien, pero se puede incrementar para llegar a otras zonas” y que el vigilante de incendios forestales permanente del puesto de Bella Miranda actúe también como un vigilante de pesca, furtivismo, y fondeo y navegación no reglamentarios.
Piden que se mejoren los equipos de comunicación con conexión permanente entre los agentes medioambientales y los guardias civiles, así como que dispongan de cámaras para fotografiar a larga distancia que permitan vincular a los furtivos con sus embarcaciones y captarles si cometen irregularidades, y cámaras de visión nocturna porque buena parte de las infracciones se produce de noche.
En opinión de Pastor, todas estas propuestas para la mejora de la vigilancia indican cómo un uso racionalizado y más eficiente de los recursos existentes o futuros “puede hacer que la ampliación del parque tenga un coste muy reducido y perfectamente asumible”.
En sus alegaciones al PRUG, Oceana cuestiona que el documento concluya que hay dotación suficiente cuando, tras los recortes en vigilancia aplicados en 2012 y 2013, actualmente hay cuatro agentes medioambientales en Cabrera, frente a los cinco que había en 2011.
El PRUB afirma sobre la gestión del parque que las materias con mayores déficit han sido la conservación y el seguimiento y evaluación, se argumenta que se deben la reducción de la financiación y a una previsión de objetivos excesiva y se sugiere “adaptarse a una situación más realista en cuanto pretensiones y disponibilidad presupuestaria”.
Oceana discrepa de esta propuesta y recuerda que el objetivo fundamental del Parque Nacional es la conservación, por lo que el patronato no debe permitir que la crisis sirva de coartada para disminuir los esfuerzos en preservación.
La entidad considera que se deben recuperar los niveles de financiación pública de 2011 para la extensión actual del parque, y complementarlos si es posible con aportaciones privadas, y pide que se dé prioridad a la inversión en conservación, vigilancia, seguimiento y evaluación de los programas que afectan a especies y hábitats y se dejen para momentos con mayor financiación las inversiones en infraestructura y mejoras en las instalaciones.
fuente abc