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La Isla de San Andrés explota de vida desde su protección

La isla de San Andrés, símbolo de Carboneras y de todo el litoral almeriense se ha convertido en los últimos años en una reserva privilegiada de la fauna marina. Atrás quedan los años en los que vecinos y forasteros se acercaban al islote para pescar. Ya no se puede y esto ha tenido una consecuencia positiva para el entorno pues se han disparado exponencialmente el número de especies y ejemplares del entorno de este declarado “Monumento Natural”.  Además de meros, corvallos y corvinas que encuentran refugio en las pequeñas oquedades,  en esta formación volcánica de alrededor de 15 millones de años existe una multitud de otras especies como sargos, morrajas, obladas, yespetones y otras muchas de pequeños peces dotados de brillantes colores. Eso sin contar la fauna fuera del agua, las muchas aves que habitan la isla de , desde la gaviota patigualda  donde nidifica y cría hasta cormoranes  y ejemplares de pardela cenicienta.

Desde 1997 Este análisis lo realiza Emilio Ríos, uno de los mayores conocedores de este monumento natural y  dueño del Centro de Buceo Branquias, una empresa que fundó en 1997 tras llegar de Madrid. Su objetivo es el buceo deportivo y es un enemigo acérrimo de la pesca submarina ilegal, prohibida en el entorno de la isla.

Ríos asegura que hace unos años apenas se veían peces alrededor del lecho marino de la isla. “Con suerte veías tres o cuatro corvinas y ahora hay cientos. Se ha multiplicado por cien. Estas son las consecuencias de una protección efectiva porque por fin se vigila”, se felicita. Emilio Ríos y su Centro de Buceo Branquias está realizando un inventario catálogo de las especies de la isla. Branquias acoge a cientos de visitantes amantes del buceo deportivo a lo largo del año  a excepción de tres meses de diciembre a marzo. “Yo le dijo a la gente nueva ‘¡Bienvenido al Caribe del Mediterráneo”, afirma. Celebra este cambio en la isla y felicita a autoridades y carboneros. “La isla está protegida por los ciudadanos de Carboneras”, declara. Asegura que no son solo ellos sino los camareros desde los restaurantes y bares del paseo marítimo los que avisan al 112 y a la Guardia Civil si ven algún furtivo romper la protección. Por ello,  estos aprovechan la salida y puesta del sol para burlar esta presión social, llena de cariño hacia algo de todos.

Es por ello por lo que el Centro de Buceo Branquias limpia el fondo de la isla todos los años. La semana pasada acudieron desde Madrid, Sevilla o París unos 65 buceadores para esta campaña de limpieza, que fue frustrada por un temporal.

 

fuente lavozdealmeria

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