El pesquero ‘Aurelia María’ con base en el puerto de San Vicente de la Barquera, sufrió en la madrugada de este jueves el segundo incidente en apenas ocho meses, pero en esta ocasión no pudo superar los problemas de una vía de agua y terminó naufragando a unos cuatro kilómetros al norte de la localidad asturiana de Llanes. Sus dos tripulantes, Javier Canal Martín, de 43 años, y su hijo, Alexis, de 20, fueron rescatados por otro pesquero, el J.J. Gas, que se encontraba faenando muy cerca de ellos.
En esta ocasión, al ‘Aurelia María’ se le enganchó a la hélice la estacha de un mercante y al intentar arrancar el motor dañó el pesquero de 10,5 metros de eslora. “De repente la embarcación tembló entera, el motor se paró en seco y comenzó a entrar muchísima agua. Pusimos dos bombas para achicarla, pero no había manera de controlarlo”, relataba Javier Canal.
Acababan de “largar” los aparejos para pescar salmonetes, poco después de las 5.00 horas, por lo que se disponían a regresar al puerto de Llanes, para dormir hasta la hora de volver a recogerlo.
Los propios pescadores del ‘Aurelia María’ dieron la llamada de alarma y en apenas media hora llegó a socorrerles el pesquero J.J. Gas, con base en el puerto de Lastres, que también se encontraba faenando en la misma zona. Esta segunda embarcación les intentó también ayudar a achicar el agua, pero viendo que entraba más de la que podían sacar, comenzó a remolcar la nave hacia el puerto llanisco. Finalmente, la entrada de agua era tal que no se pudo hacer nada por el barco, que acabó hundiéndose.
Sus dos tripulantes lanzaron la embarcación auxiliar y desde ella accedieron al pesquero de Lastres, que les llevó hasta el puerto de Llanes donde les estaba esperando una ambulancia, ya que Javier Canal sufrió un golpe en el pecho al subir al pesquero. Esto, unido a un ataque de ansiedad por los nervios le provocó un fuerte dolor, hizo que fuese trasladado al hospital de Arriondas, donde se le realizaron distintos análisis médicos. Pocas horas después, recibió el alta médica, al comprobarse que no se trataba de nada importante. regresando por el puerto pesquero de Llanes, para agradecer a la tripulación del J. J. Gas la ayuda prestada.
Hasta el lugar del incidente también se dirigió la embarcación de Salvamento Marítimo Salvamar San Carles, que se encargó de recoger los restos del naufragio.
Durante la tarde del jueves, padre e hijo ya se encontraban en su domicilio de San Vicente de la Barquera, “con el susto aún metido en el cuerpo”, según manifestaba Javier Canal. “En esta ocasión no hemos visto peligrar nuestra vida como sucedió hace ocho meses, porque la mar se encontraba en perfectas condiciones, pero estas cosas te marcan y te llenan de preocupaciones, ya que el barco era alquilado”.
Segundo incidente
Tanto padre como hijo mantenían vivo en el recuerdo el otro incidente que sufrieron el pasado 13 de febrero, cuando habían salido a faenar junto a la costa barquereña. Allí les sorprendió un brusco cambio del tiempo antes de lo previsto, que les impidió entrar al puerto. Pasaron diez angustiosas horas en mar abierta, ante los azotes de grandes olas. “Eran como montañas, dos de ellas nos dieron especialmente con tal fuerza que yo pensé que se acababa todo”, recordaba Javier. Aquella experiencia fue seguida con tremenda preocupación por muchas personas que desde la costa podían ver perfectamente como la pequeña embarcación desaparecía en muchas ocasiones entre el oleaje, siendo finalmente auxiliada por el pesquero ‘Hermanos Cortabitarte’.
“La mar te da una, pero te quita dos, aunque habrá que seguir en ella. Opciones para trabajar en otro lado no hay muchas. Ahora descansaremos unos días para quitar el susto del cuerpo y después ya veremos lo que hacemos”, señalaba resignado Javier Canal.
Su hijo Alexis reconocía que estos dos incidentes en tan poco tiempo le habían marcado. “Me gustaría no tener que volver a la mar, trabajar en otra cosa, pero las opciones que hay no son muchas, por lo que si al final no queda otro remedio habrá que volver”, manifestaba.
fuente eldiariomontanes