El centro del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en Canarias ha conseguido reproducir en cautividad, de forma natural, el mero, en un logro que puede contribuir a recuperar las poblaciones salvajes de esta especie y ofrecer futuras vías de negocio para la acuicultura.
En un comunicado, el IEO explica que su planta experimental de cultivos marinos de Canarias ha conseguido que ejemplares salvajes de mero capturados en el mar se reproduzcan en sus instalaciones sin apoyo hormonal alguno, una vez adaptados a su nuevo medio.
El IEO subraya que la biología reproductiva del mero (Epinephelus marginatus) en condiciones de cultivo “constituye uno de los hándicap más importantes, debido al dilatado periodo de tiempo que requiere la especie para madurar sexualmente e invertir su sexo”.
Las primeras emisiones de huevos de mero en cautividad se registraron hace cinco años, en 2009, pero no se fertilizaron, probablemente debido a la ausencia de machos en el grupo, explica.
Las puestas obtenidas en el año 2013 fueron las primeras en mostrar huevos fertilizados de aproximadamente un milímetro de diámetro, de los que eclosionaron larvas de 2,9 milímetros de talla.
Durante 2014, las larvas obtenidas se han cultivado en tanques de gran volumen, utilizando técnicas de alimentación larvaria desarrolladas para otras especies de interés cultivadas en las instalaciones del IEO en Canarias, como el bocinegro (Pagrus pagrus) y el medregal (Seriola dumerili).
En la actualidad, el planta experimental de cultivos marinos del IEO en Canarias dispone de juveniles de mero de 55 días de edad, con un gramo de peso y más de cuatro centímetros de talla.
“El cultivo del mero aún se puede considerar en fase experimental, pero las experiencias desarrolladas en las instalaciones de la planta de cultivos marinos del Centro Oceanográfico de Canarias junto a las desarrolladas en el Atlántico Peninsular y Mediterráneo, son muy esperanzadoras”, añade este organismo científico público.
El IEO emprendió esta investigación con un doble objetivo: diversificar las especies marinas cultivadas de interés comercial y ofrecer soluciones a través de la acuicultura a los problemas de sostenibilidad que presentan las poblaciones salvajes de mero sometidas a presión y esfuerzo pesquero.
El Instituto Español de Oceanografía remarca que existe una “gran expectación empresarial” sobre el cultivo del mero, ya que se trata de una especie de gran interés gastronómico que alcanza un alto valor en el mercado y escasea en el medio natural.
“El desarrollo de su cultivo cuenta además con el valor añadido de que supone un apoyo a los planes de repoblación de las poblaciones naturales”, precisa. EFE