En una cita internacional, con cazadores de 23 países del mundo sumergidos en las profundidades de las costas peruanas buscando las mejores piezas -siempre con la premisa de no depredar el ecosistema marino y no recolectar aquellos peces pequeños o que están en período de ovulación-, la Argentina recobró su plaza en el mundo en un deporte que es amateur y que empezó a gestar su retorno a las costas patagónicas.
Esta vez la Selección Argentina volvió luego de su última participación que había tenido lugar en el Mundial de Gijón (España) en 1996. Aquella vez se consagró el mallorqués Pedro Carbonell. Al frente de la delegación y como capitán del equipo estuvo Héctor “Gringo” Durbas, un viejo lobo de mar (al igual que su hermano Carlos), que cuenta con mucha agua sobre sus espaldas y un apellido relacionado con el mar.
“Venimos de un período de inactividad desde el último mundial hasta el 2010, que fuimos retomando de a poco con campeonatos argentinos y la colaboración de los clubes locales (Náutico YPF, Neptuno Rada Tilly, CNAS Puerto Madryn y MAPU Playas Doradas) que con un gran esfuerzo fuimos realizando”, sostuvo el “Gringo” Durbas.
Las declaraciones se refieren a los 17 años de ausencia e inactividad, no sólo de la caza submarina sino también de Natación con Aletas y Orientación Submarina. Las tres disciplinas deportivas que contempla la FAAS (Federación Argentina de Actividades Subacuáticas).
Tres años de trabajo mancomunado y en soledad entre el Club de Buceo Neptuno (única entidad social fundada 26 de noviembre de 1969) y Náutico YPF (3 de febrero de 1943) fue el paso inicial para que –previo paso por el Panamericano de Miami 2013- los deportistas del mar vuelvan a medirse con los mejores exponentes del mundo.
La cita fue en la localidad peruana de Santa María, donde la Argentina decidió (al no tener ránking nacional finalizado) llevar a los siete primeros puestos de la zona.
Así, el equipo lo integraron Javier Núñez, Humberto Maturana, Iván Cares y Facundo Mansilla (Náutico YPF); Martín Hocko y Martín Rodríguez (Neptuno) y
Juan Sebastián Nicoletti (Náutico Atlántico Sur de Puerto Madryn).
El grupo comenzó a trabajar para poder llegar bien preparados al lugar de competencia, que contó con las presencias de Portugal, Tahití, Bulgaria, Croacia, España, Ucrania, México, Estados Unidos, Italia, San Marino, Turquía, Brasil, Chile, Colombia, Rusia, Finlandia, Noruega, Grecia, Australia, Nueva Zelanda y el país anfitrión.
“Hicimos un torneo interno en las aguas de Perú para poder conformar la selección que participaría en el mundial. Los atletas tuvieron que adaptarse rápidamente a condiciones de mar fuertísimas, agua turbia y poco pescado.
Debido al alto nivel de los competidores, la decantación estuvo muy reñida Día a día se esforzaban muchísimo por conseguir los tan anhelados puestos. Y fue con gran responsabilidad y compromiso que se determinó quienes serían los que entrarían en la competencia oficial”, apuntó el capitán.
La lista final ubicó a Javier Núñez, Martín Hocko y Martín Rodríguez como los tres titulares para competir. Mientras Humberto Maturana quedó como suplente ante cualquier adversidad o contratiempo.
LA HORA DE LA VERDAD
A la hora de la verdad el agua se presentó fría y escasa de peces. El clima en general exhibió pocas condiciones de visibilidad. En escena, 70 competidores se zambulleron a las aguas para poner todas sus destrezas y aptitudes para conseguir las mejores presas, con la premisa de obtener menor cantidad y mayor calidad en la capturas.
Así fueron dos jornadas de cinco horas de duración cada una, donde los resultados –tanto individual como grupal- determinaron que España se consagre campeona mundial, completando el podio las selecciones de Portugal y Croacia.
“De las otras competencias mundiales a esta Argentina ha dado un salto de calidad, no sólo en la ubicación en la tabla (15° puesto), sino también en la calidez de los competidores. Fue fundamental el tiempo de preparación, la logística y los lineamientos de planes de acción que trazamos porque fuimos con veinte días de antelación, donde en cada jornada nos sumergíamos para relacionarnos con el entorno”.
En el historial, Argentina avanzó 10 puestos en referencia a la última participación mundialista en Gijón 96. En tanto, en la clasificación individual los mejores posicionados de nuestro país quedaron a mitad de la tabla, representando un logro mayúsculo si tenemos en cuenta que el 90% de los participantes eran profesionales y estaban “sponsoreados” por las principales marcas de artículos de buceo.
Entre los desempeños individualidades, Martín Rodríguez fue el más eficaz porque el experimentado buzo radatilense logró una pieza de relevancia al capturar una “chita” (una especie de sargo de gran tamaño) que estuvo ternada dentro de las piezas más grandes a la hora del pesaje y puntuación. El reconocimiento gratificó hasta la emoción a Rodríguez, dado que la especie está catalogada como una de las más difíciles de capturar por la rapidez con la que se desplaza y el tamaño imponente que tiene. En tanto, la pieza mayor del campeonato fue un pez loro de 4.269 gramos obtenido por pescador chileno Miguel Soto.
En el balance final, los argentinos destacaron la experiencia increíble de pescar en el máximo nivel mundial, más allá de que los resultados no fueron los esperados en un medio que demostró toda su bravura y en donde España sacó la estirpe de su nacionalidad anclada a la actividad, sumado a una tecnología de punta como sonares de barrido lateral.
En la retina de los patagónicos quedará la estirpe de una pasión que tuvo su inicio en la región por parte de buzos como Víctor Strasser, Miguel Angel Durbas y otros que a fuerza de empeño propio, autodeterminación y principios ecológicos hicieron de la pesca artesanal una variante de las costas de la región que continúa con las nuevas generaciones que retornaron al nivel mundial en Perú.
En proyección, la FAAS sigue trabajando para sumar presencias en los próximos torneos internacionales que tienen como norte el Panamericano de Yucatán (México) en agosto de 2015; el mundial de Grecia (en agosto de 2016) y la llegada de una competencia internacional a la capital petrolera cuando en noviembre de 2017 Comodoro Rivadavia se sitúe como sede de una instancia panamericana.
fuente elpatagonico