La organización de conservación marina Oceana ha denunciado que el estudio impacto ambiental del proyecto de exploración sísmica de la empresa SeaBird en busca de hidrocarburos en el Golfo de León podrían perjudicar a una cuarentena de especies pesqueras prioritarias, como el atún rojo, la anchoa de L’Escala o la langosta de Fornells.
Así, aseguran que el estudio de impacto ambiental de SeaBird incumple la normativa vigente y su análisis de los hábitats y especies presentes en la zona carece de rigor y tiene “numerosos errores y deficiencias”.
El proyecto se ubica en “pleno corredor migratorio” de cetáceos, en un área con 39 especies calificadas como prioritarias para la Comisión General de Pesca del Mediterráneo de la FAO. Entre estas figuran también el pez espada, la sardina, la anchoa, la merluza, la gamba roja y la langosta, que presentan épocas sensibles en el periodo que SeaBird pretende realizar sus trabajos.
El director ejecutivo de Oceana en Europa, Lasse Gustavsson, ha advertido de que los pescadores de la anchoa de l’Escala y la langosta de Menorca, por citar algunos de los ejemplos más emblemáticos, se verían “seriamente afectados”. Sin embargo, según ha añadido el estudio de impacto ambiental no hace “ninguna estimación” de las pérdidas económcias que supondría para el sector pesquero realizar estos trabajos.
Además, denuncia que tampoco se indica que el área de los sondeos se solapa con zonas de concentración de juveniles de atún rojo y pez espada, dos especies clave en el Mediterráneo.
La organización ha calculado la presencia de casi 200 especies amenazadas, incluida la presencia de cetáceos durante todo el año, y recuerda que estas especies son “muy sensibles” a los ruidos porque dependen del oído para su supervivencia. Por ello, insiste en que el proyecto de SeaBird afectaría de lleno al corredor de migración del Mediterráneo, esencial para el rorcual común.
Oceana asegura que los sondeos sísmicos afectarán también a una zona al norte de Menorca en la que cría el cachalote, un mamífero tan sensible que se han comprobado el efecto de ruidos hasta a 370 kilómetros de distancia del foco emisor. Se estima que en el área tan solo quedan unos 400 ejemplares de esta especie, considerada en peligro de extinción al igual que el rorcual común.
Por otro lado, añade que el proyecto no cumple con la normativa vigente en España respecto a evaluación de impacto ambiental, ya que se refiere a la normativa de 2008 en lugar de la que ha entrado en vigor en 2013. Del mismo modo, agrega que no se ha puesto a información pública ni se contempla la consulta a otros países afectados, como Francia.
Además, en el análisis de la alternativa cero, o de no realización del proyecto, no se indican aspectos ambientales, como el peligro que representaría para el cumplimiento de normativas como la Directiva marco sobre la estrategia marina o la Directiva Hábitats.
“Los errores detectados por Oceana son suficientemente graves como para que se emita una Declaración de Impacto Ambiental Negativa, impidiendo inmediatamente la realización de este proyecto”, ha concluido el director de Investigación de Oceana en Europa, Ricardo Aguilar.
A su juicio, es “inadmisible” la falta de rigor mostrada por Seo/BirdLife, teniendo en cuenta que está poniendo en peligro a centenares de especies, de las que casi 200 están protegidas o amenazadas y son hábitats de “gran importancia ecológica”.
fuente eldia