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La falta de planificación y de atención, causas del trágico accidente del 'Santa Ana'

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) ha hecho público este jueves el informe relativo al hundimiento del pesquero ‘Santa Ana’ de hace un año frente a las costas de Asturias. “La falta de planificación de la travesía” y la “falta de atención de la persona encargada de la guardia de navegación” son las causas más probables, según el documento, consultado por Europa Press.
El trágico suceso conmocionó durante días a la sociedad asturiana, gallega y portuguesa y a todos los profesionales de la mar. Fue en la madrugada del pasado 10 de marzo de 2014 cuando el ‘Santa Ana’, de bandera portuguesa y armador gallego, embarrancó en la isla de Erbosa, a media milla al noroeste del cabo Peñas, en Asturias. En plena noche, sólo uno de los nueve tripulantes consiguió salvarse. Fue Manuel Simal Sande, de A Coruña, quien logró ponerse a salvo en una balsa salvavidas. El resto fallecieron. Sus cuerpos fueron hallados en los días siguientes por especialistas buceadores de la Guardia Civil. Entre los ocho fallecidos se encontraban los portugueses Francisco Gomes y Víctor José Farinhas, además de los indonesios Suherman y Wasito. El resto eran españoles. Se trataba de Manuel Indalecio Mayo (Galicia), Manuel María Pajes (Galicia), Lucas José Mayo (Galicia) y Marcos del Agua Chacón (Asturias). El informe de la investigación ha sido realizado de forma conjunta por la Ciaim y por el Gabinete de Prevención y de Investigación de Accidentes Marítimos del Gobierno de Portugal. El documento. El trabajo detalla lo ocurrido aquella fatal noche, cuando el ‘Santa Ana’ salió de la Ría de Avilés gobernado a mano y con la ayuda de dos radares. Había mar de fondo, con una altura de ola de unos tres metros y una visibilidad buena. El pesquero chocó contra las rocas navegando a nueve nudos de velocidad y se produjo una grieta en el casco de un metro de largo por 0,30 metros de ancho a la altura del camarote de babor de la cubierta inferior. Seguidamente comenzó a escorar a babor y a inundarse. La investigación explica que las derrotas de las travesías no solían planificarse con antelación, y que era el encargado de la guarda de navegación quien hacía una estimación del rumbo necesario y gobernaba con el piloto automático, pero “no se trazaban los rumbos en las cartas náuticas”. Además, el documento señala que dado que el único superviviente del accidente se retiró del puente de navegación antes del último cambio de rumbo, no es posible conocer cómo se determinó la dirección que debía realizar el pesquero y la razón de que la persona encargada de la guardia de navegación no comprobara el rumbo seguido y la situación “durante la media hora previa al accidente”. Tras el suceso, el segundo patrón logró salir de la zona de alojamiento a través de un portillo del camarote que tuvo que abrir con gran dificultad. Nada más llegar otro pesquero, el ‘Cidade de Albufeira’ a la zona, aparecieron flotando los cadáveres del patrón al mando, que era quien realizaba al guardia de navegación, y del cocinero, que debía estar descansando en su camarote. El cuerpo del contramaestre apareció en la playa de Tagle, en Cantabria. El pasillo y los camarotes de la cubierta principal comenzaron a inundarse y también los de la cubierta inferior. Los cuerpos de los otros tripulantes fueron localizados en la cubierta inferior. Un marinero y parte de los restos mortales del jefe de máquinas en el parque de pesca, probablemente al intentar escapar por luna escalera. El primer oficial de máquinas en la zona del comedor, y un marinero y el alumno, en sendos camarotes. Titulación de los tripulantes Pero además, en el informe sobre lo ocurrido, la Ciaim señala en el capítulo de sus conclusiones que el pesquero navegaba “sin contar con la dotación mínima de seguridad establecida por las Autoridades marítimas portuguesas” y señala la “falta de controles” eficaces sobre la titulación profesional de los tripulantes. En este sentido, se ha concluido que los cargos que desempeñaban los seis tripulantes no portugueses no se corresponderían con los que habían sido inscritos en el rol de tripulación del pesquero, ni con los que figuraban en las listas de tripulantes presentadas con las solicitudes de despacho en los puertos de Pasajes (Guipúzcoa) el 10 de febrero de 2013 y de Ondárroa (Vizcalla) el 6 de marzo de 2014. De lo seis tripulantes no portugueses embarcados, sólo uno tenía un título profesional refrendado y tanto él como otros tres realizaban funciones que “excedían de las atribuciones que les conferían sus respectivas titulaciones nacionales y/o carecían de alguno de los certificados de especialidad requeridos”, por lo que el pesquero no contaba con la dotación mínima de seguridad aprobada por la Dirección General de Recursos Naturales, Seguridad y Servicios Marítimos de Portugal. De esta forma, el informe señala en sus conclusiones la falta de controles eficaces de la Administración marítima portuguesa sobre la titulación profesional de los tripulantes extranjeros embarcados en los buques de pesca que enarbolan su pabellón, y de la Administración Marítima española sobre la dotaciones de los buques de pesca extranjeros que recalan en los puertos españoles”. RECOMENDACIONES A la vista de lo relatado, el informe realiza una serie de recomendaciones. La primera va dirigida a Pescas Balayo, como armador del ‘Santa Ana’, pidiéndole que se asegure de que el número de miembros de la dotación de sus barcos y sus titulaciones profesionales son las adecuadas para garantizar la seguridad. Al Gobierno de Portugal le recuerda la conveniencia de establecer controles eficaces sobre la titulación profesional de los tripulantes extranjeros que forman parte de las dotaciones de los buques con bandera portuguesa. Por último, recomienda a la Dirección General de la Marina Mercante, dependiente del Ministerio de Fomento, que evalúe la conveniencia de modificar el Reglamento sobre Despacho de Buques aprobad en 2000, con el objetivo de establecer controles eficaces sobre la titulación profesional de los tripulantes de pesqueros extranjeros que operan en puertos españoles.

fuente 20 minutos

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