La pesca de la lubina es una de las disciplinas que mayor satisfacción da a quien se hace a la mar con una embarcación y su equipo de pesca. La lubina es un pez de cierta envergadura que no ofrece gran resistencia. No obstante, requiere de un equipo básico que permita su uso prolongado y no dé problemas tras los primeros lances.
Comenzamos por la caña
No vamos a entrar en marcas y modelos de cañas. La oferta que se puede encontrar en las tiendas especializadas es abrumadora, y no digamos nada si navegamos por Internet. Sí que hay que tener en cuenta la zona de navegación donde vamos a pescar la lubina.
La experiencia viene a decir que lo ideal es embarcar dos cañas atendiendo a su potencia. Una de 15-40 y otra más robusta de 30-90. Así quedan cubiertos los pesos más habituales que se encuentran en el entorno litoral. Sobre la dimensión: una caña de 2,5 metros es más que suficiente. Incluso 2 metros está bien.
Sí que hay que fijarse en que la caña sea ligera y resistente, especialmente si no queremos que los dolores de espalda sean los protagonistas el día después. Esto implica que la caña debe ser precisa y permitir un manejo rápido.
Carretes
Con la caña seleccionada llega la hora de escoger un carrete específico para el spinning, sin menosprecio de quienes prefieren los novedosos carretes de casting. Hay que tener en cuenta la longitud de la línea que vamos a utilizar. Un carrete capaz de gestionar una línea de trescientos metros es una buena opción.
A partir de aquí la calidad depende mucho del presupuesto, aunque merece la pena inclinarnos por uno de gama media o alta. De esta forma nos aseguramos un buen funcionamiento del freno y ganamos en seguridad.
Líneas
Siguiente elemento en el equipo de lubinas: líneas. Actualmente muchos de los pescadores están optando por la línea trenzada multifilamento de poliamida. Está claro que no es la única opción, pero tiene un buen comportamiento y resistencia al roce. Eso sí, se debe tener en cuenta que requiere de un carrete con condiciones específicas de bobina y velocidad de oscilación.
La línea trenzada ofrece una ventaja: aunque escojamos diámetros menores el hilo tiene buena resistencia. Al final se traduce en que se dispone de más espacio en el carrete para cargar más metros de línea. También hay quien la prefiere por tener menos elasticidad, con una consecuencia directa que le hace ganar puntos: es más sensible en la transmisión de los movimientos del pez.
Bajo de línea
El bajo de línea debe ser resistente. Lo mejor quizás sea escoger un bajo de monofilamento que sea a la vez suave y manejable. Que no tenga rozamiento con las anillas en el lance, pero que al mismo tiempo sea dúctil a la hora de hacer los nudos. El bajo puede ser de nylon y medir como máximo dos metros, con hasta 0,5 milímetros de diámetro.
Con este equipo, un buen señuelo y una embarcación convenientemente dotada con una sonda de calidad, la pesca está asegurada.
fuente navegar