La Asociación Columbares propuso ayer que el canon que la Comunidad Autónoma cobra por bucear en las Islas Hormigas, en Cabo de Palos, vaya directamente a esa reserva marina «para asegurar su sostenibilidad económica futura», explicó el técnico y miembro de su directiva, José Leal.
La alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro, firmó ayer, en el Palacio Consistorial, un convenio con el presidente de esa agrupación de voluntariado, José Nicolás, por el que les transferirá 4.500 euros de fondos municipales. El objetivo es la divulgación entre los cartageneros de las características y los valores naturales de ese paraje marino protegido que se extiende hacia el sureste desde el Cabo de Palos, para que conozcan, aprecien y valoren tanto su importancia ecológica como sus posibilidades turísticas.
«Aprovechamos dos efemérides importantes: el 150 aniversario del faro de Cabo de Palos y el vigésimo de la propia reserva para llevar a cabo estas acciones. Su organización servirá para que todos los cartageneros tengan en mayor consideración este paraje, que es uno de los más atractivos del Mediterráneo en su clase, una zona riquísima en posidonia y que, además, representa un atractivo distinto para los visitantes», apuntó Barreiro.
El reconocimiento social que se pretende conseguir de los ciudadanos debe ayudar a que «mejore el engranaje y evitar los conflictos entre los clubes de buceo y los pescadores, porque todos pueden salir beneficiados de la preservación de la reserva», indicó Leal.
Pescadores y buceadores
El problema surgido entre los profesionales del mar que trabajan con artes tradicionales y los dueños de clubes de buceo alcanzó su punto culminante hace un año. Las quejas de la Cofradía de Pescadores pusieron de manifiesto la multiplicación de las inmersiones en las tres zonas autorizadas para el submarinismo: Bajo de Dentro, Piles I y Piles II. En un solo día se llegaron a registrar hasta medio millar, según el patrón mayor, Bartolomé Navarro, quien subrayó que, además de ahuyentar a los peces, esa masificación causaba daños en las artes El pacto al que se llegó entonces es de un máximo de 300.
«De los acuerdos que ya existen se han derivado un aumento de las capturas, que no merma el éxito de la actividad ecoturística», aseguró el responsable de Columbares. A su juicio, su sostenimiento «no corre ningún peligro siempre que los pescadores y los clubes de buceo cumplan y si la reserva puede tener una cierta sostenibilidad económica. Eso sería lo ideal y en eso hay que trabajar unidos», indicó Leal.
Por eso, ahora es el momento, según esta agrupación, de buscar «una fórmula para el mantenimiento de la reserva. En la actualidad depende de lo que las administraciones le transfieran, pero debería haber una forma de gestión que asegure que es autosuficiente», indicó Leal.
Contribución de clubes
Una de las ventajas para ello, subrayó, es el desbloqueo de la administración de fondos europeos que regulan la actividad pesquera en zonas protegidas, como Islas Hormigas. «Esta era una de las regiones en las que no estaba desbloqueado esto y ahora ya lo está», dijo Leal. A su juicio, habrá que «sentarse a dialogar» para ver cómo revierte ese dinero en el mantenimiento de la reserva. También cómo se puede conseguir que la contribución de los clubes de buceo, que ya pagan una tasa por sus inmersiones, repercuta directamente en su mantenimiento. Actualmente, la Comunidad recauda ese dinero y no aclara qué porcentaje destina a conservar la reserva.
fuente laverdad