A la tercera fue la vencida. Agentes de Aduanas consiguieron llevarse ayer la planeadora que el clan de Rafael Bugallo, el Mulo, había camuflado en una de las naves de la antigua Roseva para descargar un alijo de cocaína de 1.500 kilos. En dos ocasiones anteriores Vigilancia Aduanera había intentado sacar la potente embarcación que había sido «tuneada» para que se pareciera a un pesquero, pero el mar de fondo les impidió entrar en la desembocadura del río Anllóns. El acceso a esta zona, en la que hay varios astilleros, es tan complicada que los agentes tuvieron que pedir la colaboración de uno de los carpinteros de ribera para encontrar el canal de acceso.
Los agentes accedieron a la ensenada con una zódiac mientras la embarcación nodriza esperaba en la bocana de la ensenada, aunque también hubo movimientos por tierra. La operación fue muy rápida y prácticamente pasó desapercibida, pero durante la misma se puso de manifiesto la enorme potencia de los motores de la planeadora, que en un momento dejó atrás la lancha neumática que la seguía y salió a la ría de Corme y Laxe donde esperaba la embarcación de Aduanas a cuyo costado fue navegando en dirección a A Coruña. También fue evidente para los pocos espectadores que el camuflaje ideado por el clan de El Mulo hubiera surtido el efecto deseado porque la planeadora podía pasar complemente desapercibida en cualquier puerto pesquero de la comarca.
La lancha llegó a la zona hace aproximadamente dos años, según los testimonios de los vecinos. Fue entonces cuando alquilaron la nave de Roseva y los colindantes comenzaron a escuchar de vez en cuando ruido de rebarbadoras y cepillos. La actividad no llamó la atención porque es la que se supone que ha de haber en un astillero de estas características.
En la nave aparecieron además 6.000 litros de combustible que tenían que servir para alimentar los motores, de 2.000 caballos. Parece ser que la planeadora con apariencia de pesquero no había sido utilizada cuando fue incautado el día de Reyes, en una operación que se desarrolló al mismo tiempo en Cambados, en la mansión de Rafael Bugallo, y en la desembocadura del río Anllóns. Desde entonces la lancha, de unos 20 metros de eslora, permanecía en las instalaciones del único astillero de barcos de acero que hubo en la zona.
En detalle
La operación: Reyes. La víspera de Reyes Vigilancia Aduanera y los Geos de la Policía Nacional interceptaron a 650 millas al oeste de CaboVerde el Coral I, un pesquero con bandera de Venezuela que transportaba 1.500 kilos de cocaína. Al día siguiente el buque llegó, escoltado, a Las Palmas y en ese momento agentes del Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) entraban en casa de Rafael Bugallo Piñeiro, en Cambados, y en una de las naves del antiguo astillero Roseva. En total hubo 17 detenidos, pero ninguno relacionado con Cabana.
El camuflaje. Pesquero. La planeadora que debía servir para desembarcar la droga fue preparada y estaba oculta en una de las dependencias del complejo situado en As Grelas, que ahora tiene varios propietarios, que había sido alquilada dos años antes. La planeadora estaba siendo convertida, en apariencia, en un pesquero, muy similar a los que hay en la Costa da Morte. Le construyeron un puente y una zona cubierta, incluso los aparatos de navegación son muy similares a los de los barcos de la zona. Carpinteros de ribera del entorno señalan que la «mejora» tuvo que ser realizada por alguien del ramo.
El protagonista. El Mulo. Rafael Bugallo es un histórico del narcotráfico en Arousa. Ya fue piloto de Sito Miñanco. Los 1.500 kilos de cocaína encontrados a bordo del Coral I podrían haber alcanzado los 150 millones de euros en el mercado. Esta claro que alguien de su organización alquiló la nave de Roseva. La familia propietaria reconoció que no eran de la zona, se trataba de desconocidos.
fuente lavozdegalicia