Un grupo de científicos ha alertado a las autoridades australianas de los riesgos que la fauna autóctona afronta ante el avance de una especie de pez procedente de Papúa Nueva Guinea, según han informado fuentes académicas del país.
La perca trepadora (Anabas testudineus), un pez capaz de vivir hasta seis días fuera del agua y de arrastrarse a través de terrenos áridos, ya ha infestado dos remotas zonas insulares del norte de Australia: Boigu y Saibai, situadas en el Estrecho de Torres, a unos seis kilómetros al sur de Papúa Nueva Guinea.
Nathan Waltham, el científico de la Universidad de James Cook que lidera al equipo que vigila la propagación de este pez en el Estrecho de Torres, cree que será difícil erradicarlo de Boigu y Saibai, donde se registró su presencia a finales de 2005.
Además, la perca trepadora parece haber desarrollado la capacidad de tolerar el agua salada. “En nuestro último viaje en diciembre pasado las hemos encontrado dentro de algunas pozas de agua hiper salinas, así que éstas tienen alguna capacidad para resistir a su exposición”, según un comunicado de la Universidad James Cook.
Este pez, que se cree llegó a las islas australianas a raíz del desborde de las aguas de los ríos cerca de Papúa Nueva Guinea, es catalogado como una especie muy invasora que compite con las especies nativas una vez que se establece en un nuevo hábitat. La perca trepadora también puede hibernar en los lechos secos de los riachuelos hasta seis meses. De ser ingeridos por otros animales más grandes, la perca es capaz de bloquear sus gargantas al estirar sus aletas dorsales pudiendo causar la muerte a sus depredadores.
Los científicos creen que su nueva habilidad de resistir al agua salada quizá les pueda ayudar a trasladarse cerca del Cabo de York, y que desde allí invadan la zona continental australiana, una nueva característica que está siendo estudiada como medida de precaución.
“Creo que las posibilidades de llegar a Australia nadando son bajas”, enfatizó Waltham al considerar que el peligro es que la perca trepadora entre a la zona continental en un barco pesquero o como un cebo para peces. Australia tiene un ecosistema muy frágil que ha sido perturbado por plagas como el sapo americano, los zorros o conejos causando graves problemas ambientales.
fuente ecodiario