Para evitar disgustos, ahora que estamos más en contacto con el agua, vamos a explicar que significa esto de la sumergibilidad de los relojes.
Cuando vamos a adquirir un reloj, nos encontramos con un montón de términos que nos son familiares pero no conocemos exactamente, esto nos puede causar decepciones a la hora de usar nuestro reloj.
Seguro que hemos leído las palabras en inglés “Water Resist”, “Water Resistant” ó “Waterproof” y junto a estas palabras la letra “M” refiriéndose a metros o la abreviatura ATM refiriéndose a atmósferas. Estas abreviaturas y su número adjunto nos indican la capacidad del reloj para aguantar la presión del agua.
En ocasiones hemos visto que nuestro reloj tiene grabado en la tapa 30M o 50M, es normal que para alguien que desconozca la terminología de los relojes entienda que su reloj se puede sumergir a 30 ó 50 metros de profundidad, pero esto no es así.
Para saber cuánto es capaz de aguantar nuestro reloj bajo el agua existen unos estándares marcados por la norma ISO 2281 Para relojes normales y ISO 6425 Para relojes profesionales de buceo.
La resistencia al agua viene dada por unas tablas que se generaron a base de pruebas con relojes y dieron lugar a estas normas ISO que regulan lo que un reloj debe o no debe aguantar en lo que a sumergibilidad se refiere.
Para consultas les dejamos este gráfico aclaratorio de cuanto se puede sumergir un reloj dependiendo de lo que lleve grabado en su tapa.
Hay relojes especialmente diseñados para el submarinismo estos normalmente llevan grabado en la tapa la palabra “diver” o “buzo” en castellano, alguno de estos relojes especiales llevan una dispositivo denominado “válvula de helio”, este se utiliza para buceo a grandes profundidades donde el submarinista ha de llenar su botella de aire con una proporción de helio para evitar problemas durante la descompresión con el nitrógeno residual.
Este tipo de relojes lleva esta válvula para evitar que el Helio que contienen las botellas pueda introducirse en el reloj después de ser respirado por el buzo, debido a las altas presiones a las que se exponen cuerpo y maquina a esas profundidades.
Como bien es sabido por los que practican el deporte del buceo, al disminuir la presión los gases se descomprimen y aumentan su tamaño, todo esto quiere decir que cualquier ínfima burbuja de cualquier gas que se introduzca en el reloj podría hacer saltar el cristal del reloj.
Los fabricantes de relojes ofrecen ciertas recomendaciones que se han de tener en cuenta para que el reloj se mantenga en óptimas condiciones de uso y funcionamiento en todo momento:
– No manipular nunca los botones de un reloj cronógrafo bajo el agua (aunque sea un reloj sumergible.
– Antes de sumergirse mirar que la corona no esté extraída y que este bien enroscada, si la corona es de rosca.
Prestar especial atención con el agua de mar o el de las piscinas, porque en el caso del mar el agua contiene sal, que es un potente oxidante, al igual que el cloro de las piscinas. Estos dos elementos aceleran la corrosión de los metales.
En su uso cotidiano tener en cuenta que los jabones de la ducha suelen deslucir el metal del reloj y a la larga se forma una película de jabón mezclado con polvo en los elementos exteriores del reloj, como la correa y la unión de esta con la caja del reloj.
Otro buen consejo que nos dan los fabricantes es que se revise periódicamente el reloj para comprobar su estanqueidad, sobre todo cuando se abra el mecanismo del reloj, bien por un cambio de pila o por algún ajuste en su mecanismo. Momento en el que se debe aprovechar para cambiar las juntas de sellado del reloj.
fuente sunotadeprensa