Desde las costas se ve como juegos pirotécnicos, pero dentro del mar es una mortandad. La práctica de la pesca con explosivos es considerada por los expertos entre las más nocivas y en Nicaragua cada vez se hace más popular.Aunque los pescadores que faenan con bombas artesanales se arriesgan a ser castigados por la ley y a perder los aparejos marinos con los que cuentan en la actualidad, la pesca fácil que ofrece esta técnica termina por seducirlos, ya que pueden obtener hasta cuatro toneladas de peces en una sola jornada.
Caen exportaciones
Las estadísticas del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex) también reflejan lo difícil que se ha vuelto pescar en Nicaragua, puesto que en 2016 las exportaciones nicaragüenses de pescado bajaron en casi 488 toneladas; es decir, siete por ciento menos que en 2015.El Ejército de Nicaragua ha confirmado que la práctica de pesca con bombas artesanales se hizo común en las últimas dos décadas.Dicha práctica, que inició por influencia de pescadores salvadoreños en el Golfo de Fonseca, que Nicaragua comparte con Honduras y El Salvador, ahora se extiende hasta las playas La Boquita y Casares, cerca de la zona sur del litoral Pacífico.A pesar de que las autoridades han arrestado a algunos pescadores e incluso a un fabricante de bombas artesanales para pescar, la práctica está vigente, pues el Gobierno no tiene la capacidad para controlar a cada uno de los cientos de botes que salen a faenar a lo largo de más de cien kilómetros de costas, con explosivos ocultos.
Otra historia
En el sur del litoral Pacífico de Nicaragua la historia es distinta. Ahí los pescadores integrados en la Cooperativa de Servicios Múltiples de Pescadores Artesanales del Pacífico o la Cooperativa de Pesca Artesanal y Servicios Múltiples Mujeres al Poder, se oponen a la práctica de las bombas artesanales para pescar.Esto se debe a que sus integrantes no solamente viven de la pesca, sino también del turismo, ya que ofrecen viajes mar adentro para el avistamiento de ballenas y delfines, o en la costa para ver las arribadas masivas de tortugas.Estas y otras cooperativas del Pacífico sureste de Nicaragua, cuyos pescadores no necesitan alejarse tanto de la costa para faenar, incluso están impulsando la creación de una Zona Marina de Vida y Desarrollo, de unos 623 kilómetros cuadrados, para proteger la diversidad del Océano Pacífico, lo que ha sido aplaudido por los ecologistas.
fuente laprensa