El sector del mar se ha hecho oír en los últimos días con numerosas quejas y una de las más destacadas es la que tiene que ver con los planes de seguridad de los buzos del longueirón. En su visita a Corcubión el sábado, la conselleira Rosa Quintana escuchó protestas y argumentos fehacientes, como los del submarinista Jacobo Louzán, quien ayer, con su experiencia en la ría de Fisterra, también intervino en Radio Voz al respecto de este tema. Atribuye todo el problema a la «incompetencia» de la Administración, que no ha legislado como debería hacerlo y, sobre todo, a que, a la hora de estipular las normas nunca contaron con ellos. En las directrices del Ministerio de Fomento aplicadas por la capitanía marítima figura, por ejemplo, la siguiente regla: «En toda operación subacuática permanecerá siempre a bordo de la embarcación un patrón o tripulante con atribuciones para ello, que tenga capacidad para realizar comunicaciones de auxilio o de seguridad de la actividad. En el caso de que la operación subacuática se realice con el agrupamiento de varias embarcaciones, se permite que permanezca un patrón/tripulante en solo uno de los barcos del grupo». Para Louzán, esto no tiene ningún sentido, porque los dos que bajarían «moitas veces non collemos nin para nós», como para coger para un tercero, que hasta ahora se encargaba de su propio cupo. Hay, además, otra cuestión: «¿Que se entera unha persoa que está enriba dunha embarcación dunha persoa que está no fondo?». Considera que el hecho de legislar desde Madrid, sin conocer los entresijos de su profesión, no viene más que a suponer «atrancos e pérdidas», «paos nas rodas». Con Quintana se trató este tema y, dice, la conselleira se comprometió a conseguirles una reunión con Fomento.
Cree el submarinista que, funcionando como hasta ahora -en su embarcación llevan 24 años tirándose los tres profesionales, señalizando con la boya correspondiente-, nunca pasó nada, por lo que entiende que estos cambios solo contribuirán a acabar con la apnea: «Como non lexislaron sobre a nosa figura, collen e métennos no apartado de buzos dende a superficie, é dicir, buzos dende plataforma, que fan traballos de todo tipo. Nós non somos iso. A nosa singularidade, o marisco que nós collemos, ten unhas circunstancias especiais, que nada ten que ver con tirarse dun banco ou dende unha plataforma». Cree que este debería ser un trabajo «mimado dende a Administración», porque entiende que la apnea forma parte de la identidad del litoral, un oficio artesano, «que logo venden nas conversacións para quedar ben».