Ivo Segovic (34), de la península Peljesac, Croacia, ama el mar, el buceo y el vino. Y encontró una forma muy rentable de combinar con éxito sus tres pasiones y desarrolló una técnica para añejar vino bajo el agua.
Segovic almacena el vino en botellas de arcilla conocidas como ánforas, que son lo suficientemente resistentes para protegerlo del agua. Las ánforas datan de tiempos prehistóricos y se usaban comúnmente en la antigua Grecia para guardar aceite de oliva y otros productos.
“Consiste en colocar ánforas de arcilla con varias capas de cera. Luego, se las coloca en jaulas metálicas a 20 metros bajo el mar: una profundidad ideal”, asegura Segovic.

Las ánforas protegen las botellas de vino de la presión marina.
Según contó, la idea de añejar vino debajo del agua surgió porque la gente le estaba recordando constantemente lo importante que es mantener el vino a una temperatura constante.
“En casa decían: cerrá la puerta, mirá esto o aquello, vigilá la temperatura”, contó. Y agregó: “Como yo había estado bajo el mar todos los días durante años, me di cuenta de que a unos 20 metros de profundidad la temperatura es constante durante todo el año, 15 a 17 grados. Además el ambiente es tranquilo y oscuro”. Ahora su vino se convirtió en uno de los principales atractivos de la industria vitivinícola croata y es uno de los más caros del país.

Segovic pone las botellas en una jaula que sumerge en agua.
Los expertos dicen que la calma y la oscuridad del mar proporcionan al vino una temperatura constante y un ambiente libre de estrés. “Como resultado, el vino tiene un sabor y un color mucho más sutiles que el vino madurado de la manera habitual”, dice Segovic.
“Probamos el vino y tenía sabor, color y olor fantásticos, mucho más suaves que los que tenemos en el sótano de la bodega familiar”, agrega.
Anunciados como “Vino Submarino”, estos vienen con instrucciones especiales de uso, incluyendo cómo abrir un ánfora que contiene la botella y servir el vino. El vino se ofrece en el restaurante de lujo Nautika en Dubrovnik, la antigua ciudad amurallada que se ha convertido en un foco de turismo croata.

Su vino cuesta entre 60 y 360 dólares.
El sommelier Darko Dabic dice que el proceso de envejecimiento submarino tiene un impacto notable en el sabor del vino.”Tiene un bello color rojo rubí, los aromas son en su mayoría de la fruta madura, frutos rojos maduros, ciruelas, un poco de cerezas, agradable, suave, redondeado, bien equilibrado, con un gusto muy suave y agradable”, asegura.
Los precios del vino submarino varían entre 400 y 2.400 kunas croatas, es decir entre 60 y 350 dólares.
fuente clarin