El llamado PSMA, por sus siglas en inglés, contará pronto con 48 partes -una de ellas comprende a los 28 miembros de la Unión Europea-, con Japón y Montenegro a punto de sumarse, tras haber depositado sus instrumentos de adhesión.
Ello da al tratado -que tiene un año de vida- mayor peso añadido, según Graziano da Silva, quien aseguró estar totalmente convencido de que nuevos países se unirán en un futuro próximo.
Promovido por la FAO, la avenencia restringe el acceso portuario a los buques pesqueros que no cumplan con un conjunto de reglas, incluyendo demostrar que tienen licencias apropiadas para operar y que muestren de forma transparente la especie y cantidad de pescado capturado.
Especialistas de la FAO opinan que el convenio es la piedra angular de años de esfuerzos diplomáticos para combatir la lacra de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (pesca Indnr), que asciende a 26 millones de toneladas anuales y un valor de 23 mil millones de dólares.
Dicha actividad representa una gran amenaza en el esfuerzo para impulsar la pesca sostenible en los océanos del mundo.
Al respecto, Graziano da Silva destacó que el tratado permitirá la promoción de la sostenibilidad de la pesca marina, la mejora de los medios de vida y la seguridad alimentaria de las comunidades costeras y la reducción de las actividades ilegales a menudo asociadas a la pesca Indnr, como la trata de personas, los abusos laborales y la esclavitud.
La reunión de Oslo -de una semana de duración- es una oportunidad para que las partes definan las responsabilidades de los Estados portuarios, las organizaciones regionales de ordenación pesquera y otros organismos internacionales, incluyendo a la FAO, apunta el comunicado.