Un ejemplo para la juventud

El nuevo récord mundial en la categoría de peso constante con bialetas, obtenido en las aguas de Soufriere y Scott´s Head, en Dominica, en las Antillas Menores, por la apneista pereirana Sofía Gómez Uribe, es un reconocimiento a la disciplina, a la consagración, a la férrea decisión y al esfuerzo personal de una niña que se impuso la meta de ser la mejor en su modalidad, y, por supuesto, un ejemplo para nuestros jóvenes y deportistas de la Ciudad y del país.

La linda deportista no se contentó el miércoles de la semana pasada con haber batido el récord mundial de apnea en la categoría de peso constante, es decir que desciende y asciende con su propia fuerza y sin la ayuda de nada, al llegar a 83 metros de profundidad, sino que se atrevió a superar su propio registro y en un nuevo intento, el viernes descendió cien centímetros adicionales.

Con razón dice Carlos Correa, uno de los más destacados apneistas colombianos, “Este deporte es 70 por ciento mente y solo 30 por ciento cuerpo”. La apnea es un deporte en el que la mente juega el papel fundamental. No basta tener una buena capacidad pulmonar para poder dejar de respirar por un largo rato al momento de sumergirse y conseguir el objetivo, sino que es necesario una concentración mental capaz de mantener el equilibrio que permita enfrentar el silencio, la soledad y la oscuridad de la profundidad del océano cuando se hace la inmersión.

Sofía es una persona que desde muy niña se impuso la disciplina de practicar este deporte. Bien temprano todos los días, acompañada de su mama y de su hermana, iba a las piscinas olímpicas de Pereira a nadar, a ejercitar su cuerpo, a fortalecer sus músculos, a manejar los tiempos, a aprender a contener la respiración y a obligar a sus pulmones a trabajar con un suministro de oxígeno limitado.

Y con mucho esfuerzo, con envidiable dedicación, con una constancia infinita y con una convicción propia de los que alcanzan el éxito, Sofía fue avanzando en la práctica de este singular deporte y sorprendiendo no solo a sus compañeros de práctica, sino a sus entrenadores y dirigente deportivos de Antioquia, departamento que la adoptó y la apoyó desde el inicio de su vertiginoso ascenso deportivo.

A Sofía le gusta alcanzar las hazañas por las que nadie lucha. A ella le seducen los retos casi imposibles. Para eso, para ser la mejor dentro de las mejores que practican la apnea, ha trabajado desde muy pequeña, se ha esforzado como pocas, ha hecho infinidad de sacrificios y ha ido escalando uno a uno los logros que parecían casi imposibles y que la ponen hoy en la cima de su carrera deportiva.

La ascendente carrera de Sofía, es, pues, un ejemplo para los jóvenes y deportistas de hoy de lo que es posible conseguir cuando hay dedicación, mucha disciplina, perseverancia y, sobre todo, una convicción clara de lo que se puede alcanzar cuando la mente está puesta en lo más alto y a donde muy pocos con capaces de llegar.