El buceo en pecios de la Costa Brava, es una de las experiencias más interesantes en las inmersiones de la zona. Siempre respetando las titulaciones necesarias y las capacidades de cada uno, bucear entre estructuras de acero, madera o hierro, ofrece paisajes submarinos únicos, asimilados por la flora y fauna marina en un nuevo entorno influenciado por la historia del barco hundido.
Hablamos de inmersiones marcadas por la situación del objetivo, por lo que las condiciones y profundidad son muy variables. Existen algunas practicables incluso por los buceadores menos expertos, pero en su mayoría hablamos de inmersiones muy técnicas como por ejemplo el pecio “Saint Prosper”.
Saint Prosper (Roses – profundidad 37 a 60 m.)
El también llamado “petrolero” es un mercante francés objetivo sólo para buceadores muy expertos. Naufragó con 300 toneladas en bidones de petróleo crudo, en marzo de 1939, al chocar con una mina colocada en el período de la Guerra Civil, partiendo el barco por la mitad y hundiéndose tan rápidamente que la tripulación, 27 personas, perecieron al no tener ninguna oportunidad para escapar.
El Melchuca (Roses / Cala Montjoi – profundidad 5 a 17 m.)
En 1968, debido a un temporal en el Cap de Creus, El Melchuca chocó con el islote Massa d’Ors provocando una importante vía de agua, el capitán decidió entonces poner rumbo a Roses, el estado del barco impidió su objetivo naufragando finalmente en Cala Montjoi frente a l’Illot del Bergantí.
Es una de las inmersiones más sencillas en pecios, ya que se aúna la poca profundidad (empieza en los 5 metros) con su situación resguardada de vientos y corrientes marinas. Por ese motivo también ha sido saqueado constantemente por lo que en la actualidad podremos bucear sólo en su estructura, ver parte de la carga petrificada (sacos de cemento) y el castillo de popa con parte del motor, a unos 17 metros.
Cotentin (L’Escala – profundidad 6 a 12 m.)
Construido en 1940 y naufragado el 8 de septiembre de 1963, cuando se dirigía a ser desguazado, a causa de la tramuntana, se soltó de una cabeza de remolque y se estrelló contra las rocas de la Punta de Cinc Sous tras quedar a la deriva.
Está a poca profundidad, entre 6 y 12 metros, y se muestra como partes dispersas del barco ya que fue dinamitado para su completo hundimiento. Aún podemos distinguir parte de la proa, popa y máquinas
El Marmoler (L’Escala – profundidad 32 a 42 m.)
El barco italiano, llamado en realidad Avvenire, es conocido como El Marmoler por la carga que transportaba y que todavía conserva.
Tras una tormenta encalló, cerca de Punta Trenca Braços en mayo de 1971.
Es una inmersión para buceadores experimentados, pero de gran belleza, al estar el barco colocado en el fondo, casi en su posición de navegación, repleto de fauna marina, su silueta es muy reconocible para los amantes de las inmersiones en búsqueda de pecios.
Reggio de Messina (Montgrí – profundidad 24 a 32 m.)
Durante muchos años dedicado al transporte de trenes y pasajeros; era un imponente barco de 122 metros de eslora y 6 de calado. Aunque en 1987 se pretendió convertirlo en sala de fiestas para ser un atractivo más durante las Olimpiadas de Barcelona ´92 sufrió un incendio causando tantos daños que imposibilitaba esta atrevida idea.
La Generalitat de Catalunya decidió hundirlo para convertirlo en biotopo marino a unas 2 millas de L’Estartit, próximo a la zona de la punta de La Foradada. Con el transcurso del tiempo se ha partido y divido en tres partes principales, escorado por la banda de babor.
Boreas (Palamós – profundidad 25 a 32 m.)
Estamos ante un barco con una historia larga y curiosa. En origen, llamado Pellworn era un remolcador de altura alemán que participó en la II Guerra Mundial, pasando al terminar la guerra a pertenecer a la Marina de Estados Unidos y finalmente a una naviera con sede en Panamá. Aunque su fin último, era trabajar en la prospección de petróleo, fue utilizado para el contrabando y en 1985 detenido portando una gran cantidad de hachis a la altura de las costa de Begur. Requisado, quedó abandonado en el puerto de Palamós.
Años mas tarde, varios centros de buceo (Nautilus y La Coma) compraron el barco con la intención de hundirlo en la Llosa de Palamós, previa eliminación de salientes peligrosos para submarinistas, y convertirlo, como es hoy, en un pecio con una de las inmersiones más populares de la Costa Brava.
fuente redcostabrava
Bucear en pecios, inmersiones extraordinarias en busca de barcos hundidos en la Costa Brava