Los expertos aseguran que la alga es un bien que tiene todavía mucho camino por recorrer. A pesar de que en Galicia no existe tradición en su uso culinario, los profesionales del sector aseguran que el principal problema es que la legislación vigente impide el crecimiento y bloquea su despegue.
¿Cuáles son los impedimentos legales?
Las empresas que trabajan con algas tienen que pedir cada año a la Consellería do Mar su inclusión en el plan de pesca. Esta ley constriñe a los trabajadores a coger 100 kilos por día, aunque los profesionales del sector aseguran que es un tope irrisorio. Según el tipo de planta, un solo trabajador puede coger 700 kilos en menos de media hora, por lo que aseguran que si se limita a 100 kilos no pueden cubrir ni los gastos de gasoil de la embarcación.
Si hay alga en Barbanza, ¿por qué compran el producto fuera de España?
La prohibición de coger más de 100 kilos encarece el producto y hace que su tratamiento sea inviable. Esto obliga a las empresas a comprar alga fuera de España. Optan fundamentalmente por los países del sudeste asiático, principalmente Filipinas. Sin embargo, según la especie de alga, también se opta por comprar a Canadá. El sector asegura que si no se aumenta el tope, no hay margen de beneficio para nadie.
El incremento de la temperatura del mar destruye un gran cantidad de especies
El aumento de temperatura que ha sufrido el mar a nivel mundial debido al calentamiento global ha minado el número de especies que había en las rías de Arousa y Muros-Noia. Sin embargo, para remediarlo, las factorías han comenzado a cultivar sus propias algas, escogiendo las especies que den mayor beneficio y que tengan más salida en el mercado internacional.
¿Cuáles son las soluciones que plantea el sector?
Buena parte del sector asegura que necesitan una legislación acorde para poder comprar producto en la zona. La obligación de que la alga pase por la lonja ha elevado el precio del producto a unos valores que lo hacen inviable. La limitación de zonas donde poder coger las plantas también es otro impedimento, por lo que piden mayor libertad. Por último, aseguran que la Xunta tiene que implicarse directamente en dinamizar el producto gallego y promover nuevos usos y mercados para el mismo.
fuente lavozdegalicia