La pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU) que se realiza en el océano Pacífico representa un costo de más de USD 600 millones al año, y es llevada a cabo principalmente por buques pesqueros que cuentan con licencias legales, revela un nuevo informe.
El informe, publicado por la Agencia de Pesca del Foro de las Islas del Pacífico (FFA), también afirma, no obstante, que el daño financiero que están sufriendo los Estados insulares es menor de lo que estima, debido en parte a un mejor control de las pesquerías, informó Stuff.co.nz.
Tras dos años de investigación, el estudio, que fue financiado por la Unión Europea, llegó a la conclusión de que unas 276.000-338.000 toneladas de atún del Pacífico fueron extraídas ilegalmente cada año.
El valor de esa captura ilegal se estimó en unos USD 616 millones, pero podría variar entre USD 520 millones y USD 740 millones, informó AFP.
En respuesta al informe, el activista de Greenpeace Oliver Knowles insistió en que los gobiernos deben invertir más en vigilancia y control de la pesca para presionar a los operadores ilegales.
“Por encima de las capturas ilegales, también existe el enorme problema de la pesca destructiva, derrochadora e insostenible que es legal. Las dos cosas combinadas están poniendo una enorme presión sobre las poblaciones de atún del Pacífico”, señaló Knowles.
Según Greenpeace Nueva Zelanda, más del 70 % del atún del mundo proviene de las islas del Pacífico, pero sólo el 20 % de esa captura es extraída por las flotas de las naciones insulares del Pacífico.
Por su parte, Scott Gallacher, director general adjunto del Ministerio de Industrias Primarias de Nueva Zelanda, dijo su país considera que este nuevo informe es el fruto de un examen “riguroso” de las prácticas de pesca IUU en el Pacífico.
Además, recalcó que si bien Nueva Zelanda tiene un número de buques pesqueros en la región, estaba “completamente seguro” de que ninguna de sus empresas pesqueras estaba involucrada en prácticas ilegales.
Mientras tanto, el Gobierno de los Estados Federados de Micronesia (FSM) ha aplaudido la iniciativa de FFA de elaborar dicho informe. En opinión de Susan Lowe-Gallen, jefa de Aplicación de FSM, el nuevo estudio marca un cambio al señalar dos impactos principales que la región necesita tener en cuenta.
“No queremos decisiones que terminen yendo a la FAO, a la IMCS (la Red Internacional MCS) o a cualquier otra persona que podría generar cosas tales como marcos o iniciativas que terminarían llevando al Pacífico un paso atrás desde donde ya estamos”, subrayó.
fuente fis